Aprovecho este 8 de Marzo para felicitar a las mujeres trabajadoras, muy en especial a las que debo mucho, y para aclarar que los hombres y las mujeres no somos iguales. Menos mal. La aclaración es necesaria. Las Universidades Españolas se han dotado de unidades de Igualdad de Género que además se han constituido en la "Red Universitaria de Unidades de Igualdad de Género para la Excelencia Universitaria", RUIGEU, a la que la UA pertenece, entre cuyos objetivos figura:
generar políticas y acciones comunes para superar los obstáculos que dificultan o impiden la consecución de la igualdad entre mujeres y hombres;
Bullshit, que diría el profesor de Princeton, H. G. Frakfurt. Charlatanería. Es decir, un discurso que persigue intentar persuadir y convencer a la gente, sin sentirse preocupado por la veracidad de sus afirmaciones. El manoseo de la palabra excelencia empieza a tomar tintes cómicos, pero lo de superar los obstáculos que impiden la consecución de lgualdad es la madre del cordero.
La RUIGEU, una de las hijas de la CRUE, podría haber escrito que uno de sus objetivos es alcanzar la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Pero claro, esto es menos emocionante, y tiene el pequeño problema de que esa igualdad está consagrada en el marco legal vigente, salvo 3 excepciones significativas que me vengan a la memoria:
* la obligatoriedad del felizmente extinto servicio militar obligatorio estaba reservada para los varones
* las penas del código penal por delitos de maltrato son mayores para los varones
* los varones tienen prioridad en la línea sucesoria al trono.
Oiga, 3 discriminaciones, dos perjudican potencialmente a 22 millones de varones, y otra a una hipotética hija de los Príncipes de España, y tendría efecto allá por el año 2050, cuando Felipe VI, si llega a reinar, tuviera 80 años y pensara en abdicar.
Entonces, si no se refieren a la igualdad de derechos, ¿a qué se refieren?. La lectura del manifiesto que la RUIGEU ha hecho público hoy, nos da algunas pistas:
* Hay más catedráticos que catedráticas, más rectores que rectoras y más varones con doctorado honoris causa. En la neolengua que esta gente está inventando, esto se llama "segregación vertical".
Segregación, como en Africa del Sur. Iba poner "con un par", pero no le demos argumentos al adversario. La idea subyacente es que los hombres somos, por lo general, machistas. Este artículo es una prueba de ello. Mira lo que ha escrito el machista este. Por eso, hay más catedráticos que catedráticas, más titulares que titularas . Ellos se lo guisan,
ellos se lo comen. Para evitarlo, ha sido necesario imponer criterios de paridad de género en todas las comisiones de selección personal, que si no los tíos, mientras hacen bromas de mal gusto y
hablan de fútbol, le dan la plaza al varón, mientras desean
secretamente que ella abandone y se vaya a su casa a fregar platos
* Hay más estudiantes varones en ingenierías, y más mujeres en Ciencias de la Salud y Educación infantil. Esta "segregación horizontal" (en neolengua original), está "vinculada a roles de género". Vamos, que la culpa es del Toys'r'us, que le vende camiones y legos a los nenes, y muñecas enfermera a las nenas. Todo el mundo lo sabe. En una sociedad corréctamente planificada jamás se toleraría que hubiera 35 chicos en primero de teleco y 12 chicas, y en el edificio de más arriba, 35 chicas y 12 chicos estudiando Medicina. La RUIGEU ha omitido en su manifiesto otro problema de desigualdad a gran escala: hay en España medio millón más de mujeres que de hombres. Estoy deseando ver cómo la RUIGEU va a lograr acabar con tanta "segregación horizontal".
* "En la universidad se sigue haciendo un uso sexista del lenguaje". Así, cuando yo hablo de mis alumnos refiriéndome a todos, mujeres incluidas, estoy practicando una operación de cambio de sexo metafórica bajo la cuál se esconde un legado cultural machista, algo que hay que reformar, o extirpar si supiéramos como.
El manifiesto sigue, no se lo pierdan, pero yo tengo que dejarlo aquí, haciendo notar una fina ironía de toda esta historia. Las premisas implícitas en el discurso igualitarista son muy parecidas a las de la concepción cristiana del alma. Así, toda esta desigualdad no es producto de las diferencias fisiológicas que están científicamente establecidas, sino de una corrupción moral que deriva de un pecado original. En el ideario que subyace el manifiesto de la RUIGEU, hombres y mujeres poseemos un alma, o un intelecto, idéntico, y por tanto separado del cuerpo en el que habita. Las desigualdad que denuncian no son el resultado de la vinculación del alma al cuerpo, es decir, de las diferencias intrínsecas entre hombres y mujeres, sino a una corrupción del alma... de los hombres. Todo esto, además, proviene no de una voluntad de ser machista por parte de los varones, sino por un pecado original, que en la tradición cristiana nos lleva a Eva, y en el movimiento feminista a .. una educación machista fomentada, entre otros factores, por el catolicismo.
Ya termino. Yo me niego a aceptar la premisa implícita en todo el discurso políticamente correcto de que la falta de igualdad proviene de desviaciones morales o profesionales que hay que corregir. Machistas los hay a patadas, pero no todos los varones somos machistas, como se colige de reglamentaciones en las que se establece el número de hombres y mujeres que debe haber en según que comisiones de selección de personal. Si hay algún culpable de ejercer discriminación, denunciese, pero no criminalicen a media humanidad.
Suscribo todo lo dicho por Joaquin.Quizá sería más fácil utilizar el sentido común,y no inventar palabrejas carentes de contenido,comisiones y otras zarandajas que desvían la atención y los dineros de lo realmente importante.La "excelencia"no es eso,desde luego.
ResponderEliminarCésar.