domingo, 3 de marzo de 2013

Propuestas para la reforma (y II)

En una entrada anterior,  dediqué una entrada al preámbulo del informe  "Propuestas para la reforma y mejora de la calidad y eficiencia del Sistema Universitario Español" elaborado  a propuesta del Ministro Wert.    El preámbulo contiene un diagnóstico sobre los males que aquejan al Sistema Universitario Español (SUE) que comparto plenamente.   El resto del documento, que  se divide en 5 capítulos,  está dedicado al tratamiento que se le recomienda al enfermo. 

Análizadas una por una, me resulta fácil estar de acuerdo con la mayoría de las propuestas, que abordan problemas graves y reales del SUE.  Por ejemplo, en el capítulo I sobre la Selección del Personal Docente e Investigador se propone una batería de medidas para fomentar la internacionalización del profesorado, acabar con la endogamia, racionalizar la contratación y los procesos de acreditación,  crear nuevos tipos de contratación permanente.   

Es interesante que las propuestas combinan el tradicional (y en mi opinión fracasado) enfoque "top-down", en el que se pretende curar al SUE a base de regulaciones y leyes, con un tratamiento que apenas se ha intentado en España, pero es el que funciona ahí fuera: el  enfoque "bottom-up" en el que a los diferentes individuos y departamentos del SUE se les proporcionan  los incentivos para hacer mejor su trabajo.    Por ejemplo, en la página 27 "Se recomienda que existan, además, complementos salariales para el PDI ligados al rendimiento investigador en su conjunto (por ejemplo, del Centro, Departamento, Instituto, etc.) que incentive la selección de los mejores",  se recomienda aumentar la remuneración asociada a los sexenios.  Ambas medidas van en la buena dirección de crear incentivos para que los individuos hagan bien su trabajo.

 Pero, por construcción, este informe es  "top-down" siendo  iniciativa de un ministro. Además,  la mayoría de las medidas que podrían crear los incentivos (en forma de premios y también de castigos) necesitan la complicidad de demasiada gente para ponerse en marcha. Véase por ejemplo el caso reciente del decreto Wert vinculando sexenios y carga docente.    El quid de la cuestión es que los gobiernos tienen menos difícil para implementar soluciones "top-down",  en forma de leyes,  pero  más complicado meterse en el terreno de los incentivos, que no parece un asunto fácilmente abordable desde una ley orgánica.    Parte de la dificultad estriba en que  las competencias de política universitaria están transferidas a las comunidades autónomas.    

Por último, el informe tiene una omisión que supongo deliberada: no aparece la palabra sindicato.  Cuando llegue el momento de poner en marcha aquellas propuestas del informe que sobrevivan al escrutinio el gabinete del ministro,  tendrán en frente a los sindicatos y, por si esto no fuera suficiente obstáculo, la situación económica lo hará todo más difícil todavía.   Pero, dado que nos jugamos todo en el empeño,  el SUE necesita que pensemos en como arreglarlo, y más importante, que lo arreglemos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario