Nuestro sistema financiero está a punto de recibir una ayuda en forma de línea de crédito, avalado por el FROB, es decir, por el estado español, con un tope de 100 mil millones de euros. Para entendernos, más de dos mil euros por español, y más de 5 mil euros por trabajador. Parece que casi todo el mundo está de acuerdo en lo siguiente:
- La ayuda será usada por las antíguas Cajas de Ahorros, cuya gestión ha sido un desastre, debido a su politización, es decir, a la presencia de gestores y toma de decisiones totalmente condicionados por todos nuestros principales partidos políticos y agentes sociales.
- La magnitud de la ayuda está siendo fijada por consultores externos, lo cuál indica que no hay nadie fiable en el sistema financiero en España para tasar la magnitud del agujero
Por tanto, nuestra cuota de sistema bancario sin ánimo de lucro ha arruinado su patrimonio y su credibilidad hasta tal punto que el reino de España se ha visto abocado a la humillación de tener que pedir dinero a precio de amigo. Se entiende que el rescate bancario vendrá acompañado de una vigilancia de las instituciones afectadas, el posible cambio de sus gestores, el cierre de oficinas, el despido de empleados, la venta de activos. Lógico: si no funciona, lo cambias. Se entiende también que nuestro gobierno, y los gobiernos europeos, juzgan que no podemos dejar caer a Bankia, Caixa Catalunya, Caixa Nova, porque ello pondría en riesgo la estabilidad de España y de la zona euro. Por lo visto, pudo caer Lehman Brothers pero no puede caer Caja Madrid. Ellos sabrán, yo ciertamente no.
Quiero aprovechar la coyuntura para recordar que España tiene otro sistema, fundamentalmente público, sin ánimo de lucro, y que en los países a los que aspiramos imitar, es tan estratégico como el sector financiero. En España es un sistema pequeñito, su presupuesto no llega al 2% del PIB. Se trata del sistema de I+D, o sea, Investigación y Desarrollo. El sistema se dedica a investigar en curar el cancer, incluido el que puedan parecer nuestros políticos, la búsqueda de energías alternativas, incluidas las que calentarán las casas de nuestros directores de Cajas de Ahorros, la búsqueda de materiales que puedan servirnos para seguir mejorando los ordenadores, includos los que usarán nuestros supervisores del Banco de España, y a otro montón de problemas que igual no sirvan para nada, pero si llegan a ser útiles, Hacienda cobrará por ello.
Nuestro sistema de I+D no es óptimo, es más, es bastante mediocre. No hemos inventado el Google, no hemos inventado el Facebook, no hemos inventado el Viagra, no hemos descrifrado el genoma humano. No nos dan premios Nóbel, ni medallas Fields. Le das una patada a un bote en una Universidad, y te salen 4 fantoches con el título de Doctor, plaza de profesor, y una pancarta pidiendo más dinero. Nuestras Universidades son una castaña, ninguna en el top 200. Pero oiga, el sistema de I+D no ha generado un agujero de tamaño literalmente incalculable, que puede que sea de 23 mil millones, de 40 mil, o de 100 mil. En los ratos libres, formamos a los millones de licenciados y decenas de miles de doctores que hay en este país, porque debido al raquítico tamaño del CSIC, el grueso de nuestro I+D público está en las merecidamente denostadas Universidades Españolas.
Por esto, a mi me gustaría pedirle a la secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, Carmen Vela, que suba a ver al Sr de Guindos, su jefe, y le pida que negocie ahora un rescate para el sistema científico español. El rescate podría ser en los mismos términos que el rescate al sistema financiero, a saber:
1. Se pide una auditoría (evaluación) externa, para determinar quien hace bien su trabajo, y quien mal, qué líneas de investigación deben sobrevivir, y cuáles tienen que cerrar, que políticas de recursos humanos funcionan, y cuáles no. Sírvanse de cambiar la legislación que sea necesario, manden a su casa a los gestores que estimen conveniente. Hasta podrían hacer una comisión de investigación en el Parlamento e interrogar allí a cuanto rector, vicerrector, decano, y director de Instituo del CSIC les parezca bien.
2. Le pedimos dinero, a precio de amigo, a la Unión Europea, para financiar nuestro nuevo sistema de I+D. Yo creo que, teniendo en cuenta que el presupuesto íntegro del CSIC ascendía en 2010 a 700 millones de euros, o menos de una centésima parte del rescante bancario, yo creo que igual nos bastaba un 1 por ciento de dicho rescate para darle un buen impulso al I+D.
Al sistema de I+D evaluado, reformado, depurado y rescatado cabría pedirle, en un plazo razonable, un retorno a la sociedad, no únicamente en forma de licenciados y doctores, sino en forma de tangibles. Y sobre todo, si tenemos un sistema de I+D que funciona, podremos soñar con tener un futuro mejor que el que nos espera de seguir por la senda marcada por nuestros políticos, los unos y los otros.
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