Por favor, que alguien pare este torrente de ideas surgidas de nuestras 70 universidades proponiendo soluciones y remedios a nuestra crisis. Necesitamos tiempo para procesar tanta brillantez. Nuestros políticos no dan a basto. Estamos abrumados por las dos docenas de planes para optimizar la recaudación fiscal, y otros tantos para identificar gastos inútiles en las diferentes administraciones públicas, los 9 monográficos sobre como reformar la administración, estudios sobre como ahorrar combustible, electricidad, como inculcar el carácter emprendedor en nuestra juventud, y así hasta el infinito.
Tele 5 ha suspendido sus programas de cotilleos y cada día reune a 5 catedráticos en un estudio y durante 3 horas pormenorizan sobre como bajar el déficit sin cargarse el sistema educativo, un tema casi tan importante como las andanzas de las ex-novias de los ex-toreros. Los entrenamientos del Betis han sido substituidos en los telediarios por una sección fija llamada "Ideas para salir de ésta". En la misma línea, los canales autonómicos han decidido no emitir más partidos de fútbol y remplazarlos por programas de análisis. Todo esto, para canalizar este big bang intelectual surgido de nuestras nunca suficientemente ponderadas 70 fuentes del saber.
Yo me voy a sumar a este frenesí con 1 idea, como una modesta gota de agua en este oceano de inspiración. La idea surge con el fin de paliar lo que a mi juicio es el problema central de la eficiencia de nuestra administración pública: ya a nadie le cabe el estado en la cabeza. O dicho menos sutilmente: no tenemos ni zorra idea de en qué se gasta el dinero. Afortunadamente, sería relatívamente fácil crear una herramienta para intentar volver a hacer posible que "nos quepa el estado en la cabeza", o sea, que podamos tener una visión panorámica de en qué se gasta el dinero. Para ello, habría que poner a disposición de la gente, a través de internet, el desglose de las partidas de gasto, usando un formato sencillo y común.
Pongamos que un ciudadano quiere saber en qué diablos se gasta el dinero el ayuntamiento de Jaen, la Universidad de Alicante, o el Hospital de Salamanca. Ahora mismo es difícilisimo saberlo. En las pocas ocasiones en las que los presupuestos están disponibles on-line, hay que bucear por un documento de varias páginas. Y luego es casi imposible hacer comparaciones entre unos centros y otros, porque empaquetan las partidas de gasto de forma diferente.
¿Cómo cambiar esto?. En primer lugar, hay que ponese de acuerdo en una plantilla común. Por ejemplo:
1) Número total de empleados. Coste salarial total.
2) Número de funcionarios. Coste salarial parcial.
3) Número de interinos. Coste salarial parcial
4) Número de directores y empleados por designación directa. Coste salarial parcial.
5) Gasto en telefonía (absoluto y normalizado al número de empleados)
6) Gasto en electricidad (absoluto y normalizado al número de empleados)
7) Número de personas asistidas por la institución (estudiantes, pacientes, ciudadanos en un ayto).
8) Número de coches oficiales
9) Gastos de representación
10) Presupuesto de los años N, N-1, N-2
11) Gasto real de los años N, N-1, N-2
12) Gastos financieros (intereses del pago de la deuda) de los años N, N-1, N-2
En segundo lugar, el gobierno de la nación regula sobre este asunto la obligación de todas las administraciones de hacer pública esta información, usando un formato común (wikipedia), en una web centralizada. Así, sabríamos con un teclazo, la información detallada en la lista anterior, relativa a todos los colegios, institutos, cuarteles, universidades, ministerios, direcciones generales, diputaciones, empresas públicas, aeropuertos, instalaciones deportivas. Podríamos comparar. ¿Por qué la diputación X gasta un 8 por ciento más que la diputación Y, si la población es un 10% menos?.
En tercer lugar, usando un formato común, sería relativamente fácil la implementación de programas informáticos por parte de particulares que analizarían esta información. Igual que ahora uno consulta el mapa de temperaturas de la península, podría consultar el mapa de gastos en intereses de las universidades españolas. O el mapa de coches oficiales de las comunidades autónomas. O podría comparar cuanto gasta en teléfonos tal dirección general, y cuánto gasta en profesores de guarderías.
En una palabra, igual que hay google-maps, google-translate, hagamos algo así como el google-gasto público: una herramienta para que todos sepamos dónde se invierte o dónde se derrocha el dinero de todos.
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