Me tengo prohibidísimo predecir el futuro desde que me topé con un cisne negro. Pero esta vez no me voy a aguantar las ganas y me la juego: en la primera crisis de gobierno, la cabeza del Ministro Wert será metafóricamente entregada al "enemigo" en lo que será interpretado como un gesto conciliador del gobierno, que estará entretenido apagando media docena de incendios.
Wert ya hace un mes era el ministro peor valorado de este gobierno, y acaba de meterse en un callejón del que ningún ministro ha salido vivo: emprender una "profunda reforma" de la Universidad Española. El diagnóstico inicial sobre nuestras universidades, absolutamente acertado, se resume en una frase: tenemos muchas y ninguna buena. El primer paso del ministro me ha tenido contento durante media hora: ha nombrado una comisión de expertos, en la que incluso hay gente con un diagnóstico muy certero sobre nuestros problemas.
Pero, seamos serios: ¿se puede desembarcar en el Omaha Beach de nuestro desastre universitario, donde esperan atrincherados 50 rectores dirigiendo otras tantas divisiones acorazadas de sindicatos, PAS, PDI , y agrupaciones de estudiantes a favor de la universidad pública, gratuita, sin selectividad, y no exenta de un poco de marihuana, avisando con 6 meses de antelación que el ataque será realizado con el informe que emita una comisión?. Y que conste que la composición de la comisión me parece muy bien, pero me temo lo peor sobre su cometido: recibir la andanda de palos que les espera, y proteger así al señor Ministro y a la Señora Secretaria de Estado, que llevan en el sueldo emitir un diagnóstico de la situación y tomar medidas.
Y aquí está la miga del asunto: ¿qué medidas puede tomar el Ministerio para mejorar nuestras Universidades?. Para empezar, las competencias en educación universitaria están transferidas a las CCAA. Para seguir, la constitución consagra el principio de autonomía Universitaria. Pero lo peor es el delirio de que se puede arreglar nuestro problema escribiendo una ley super ingeniosa y audaz. Es perfectamente posible destruir un sistema universitario con una ley, de eso sabe un rato APR, Alfredo en las campañas, pero al revés no funciona.
Terminaré esta entrada citando al gran Rufio Datura:
" por que tenéis que perder la razón
pues sin esfuerzo consigue Natura
lo que ansia vuestro corazón."
Quiero decir con esto que, a pesar de todo, tenemos remedio, pero nuestra solución no pasa por los abogados, sino por los contables. La Universidad le será útil a la sociedad cuando cada uno de nosotros tengamos el incentivos para hacerlo. Si dejamos de repartir el dinero sin vincularlo a los resultados y sin pedir responsabilidad a los gestores y a los que toman decisiones. Si empezamos a cerrar carreras, departamentos, Facultades, programas de doctorado que no funcionan. Si se quitan los complementos salariales a los profesores que no investigan y se usa ese dinero para dárnoslo a los que investigamos. ¿Qué pasaría si le damos los 6k€ al año que cuesta cada estudiante al estudiante, y no a la Universidad?. Y todo esto sin necesidad de aumentar el gasto.
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