No hemos llegado tan lejos. El Consejo de Gobierno de la UA acaba de aprobar un Acuerdo contra el decreto de racionalización. Todavía no nos hemos posicionado contra la racionalización, pero tampoco a favor. El acuerdo "rechaza de forma rotúnda" y "categórica" (se ignora si pegando un puñetazo en la mesa o simplemente poniendo cara de enfadados) contra el procedimiento y contra los argumentos del ministerio "que apuntan al insuficiente trabajo de profesores y estudiantes". El Consejo de Gobierno "expresa su preocupación" por que la subida de la matrícula haga imposible "la cohesión y estabilidad social" y nos toca un clásico que no puede faltar en el repertorio de estas características: la Autonomía Universitaria.
A mi me parece que, tratandose del Consejo de Gobierno de una Universidad con 70 departamentos y dos mil profesores, y no del Consejo de Gobierno de una academia de peluquería, bien podríamos haber esgrimido en su comunicado algo más que un conjuto de opiniones y de sentimientos. Y es que, como dijo ese gran filósofo de barra de bar, Clint Eastwood, las opiniones son como el culo, todo el mundo tiene uno. En cambio, la Universidad podría haber puesto encima de la mesa un estudio que defendiera que los profesores de Universidad trabajamos mucho, o un estudio estadístico del número de estudiantes que no van a poder hacer frente a la escalofriante subida de 500€ al año.
El ministerio ha proporcionado una serie de datos, que no de opiniones, poniendo en entredicho la eficacia de nuestro sistema universitario. La ventaja de los datos frente a las opiniones es que se pueden comprobar. Así, no es verdad que en California haya 10 universidades, pero si es verdad que ninguna Universidad Española está entre las 200 mejores del mundo en el ranking de Shangai.
Me aventuro a especular qué motivos podría tener la Universidad para no sacar a relucir algún tipo de estudio o informe para defender nuestra posición. El primer motivo sería que no hemos hecho ningún estudio, lo cuál apoyaría las sospechas sobre nuestra falta de diligencia. El segundo motivo podría ser que el equipo de gobierno cree que con "rechazar", "preocuparse" y "manifestar", pueden hacer frente, no ya a la política de hechos consumados de Wert, sino al menos a la campaña previa que nos ha puesto en entredicho. El tercer motivo podría ser que la Universidad disponga de esos informes, pero no quiera sacarlos a relucir, porque le den la razón al ministerio. Por ejemplo, en este excelente informe elaborado por el BBVA y el IVIE se recoge la siguiente afirmación, relativa a los profesores de Universidad de España:
"Hasta 2009 solo uno de cada cinco profesores tenía reconocidos todos los tramos de investigación
(conocidos como sexenios) que podía obtener y, como recoge el gráfico 4, en conjunto solo se habían reconocido el 43,7% de los sexenios potenciales."
Como quiera que datos así dificultan la tarea de defender la honra de todo el colectivo, se podría pensar en salvar los muebles de los profesores de la Universidad de Alicante. Pero de acuerdo con el estudio realizado por el Observatorio IUNE, en el que participan 4 universidades españolas y financiado con fondos públicos, la Universidad de Alicante figura en el puesto 26, de un total de 48, en el ranking de "publicaciones científicas por profesor", con un promedio de 0.48 publicaciones al año, 3 veces menos que la primera del Ranking.
Con estos datos, da un poco de apuro que encima nos pongamos a rechazar categóricamente nada y nos hagamos los enfadados. Yo creo que habría que considerar seriamente la idea de ponerse a investigar un poco más.
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